lunes, 28 de marzo de 2011

¿PPKuku outsider? de qué?


El Estado hemipléjico

Por Sinesio López Jiménez

Si PPK es outsider entonces las hetairas son vírgenes. Eso es a todas luces un contrasentido. Más de un 30% de la gente cree, sin embargo, que PPK es políticamente virgen (outsider). ¿Puede ser outsider un hombre que ha estado al servicio de casi todos los gobiernos desde hace más de 30 años? ¿Pueden alegar virginidad las mujeres de la vida alegre que han trabajado en los burdeles por más de tres décadas? La respuesta es obviamente negativa. Pero las dudas quedan toda vez que el mismo PPK se ha autoproclamado outsider. El tocamiento indebido que le hizo la modesta señora del Callao tiene quizás el sentido profundo de la búsqueda de una respuesta a ese contrasentido. Lo único cierto de todo esto es que PPK ha prostituido el sentido de la política y del discurso político (outsider, gran cambio, etc.).

¿Qué papeles ha jugado PPK en la política peruana del 80 en adelante? Varios, entre ellos ministro de varias carteras, primer ministro, lobbista y frustrado terrorista financiero. Durante el primer gobierno reformista de Belaunde fue funcionario del BCR del que salió (huyendo del país) acusado de algunos delitos económicos en los inicios de la dictadura de Velasco. En el segundo gobierno conservador de Belaunde fue ministro de Energía y Minas y en el gobierno de Toledo, ministro de Economía y Finanzas y primer ministro. ¿Quién lo nombró en los cargos de ministro y primer ministro? Formalmente el presidente de la República, pero ¿por presión y a instancia de quiénes?

Para entender mejor las cosas es necesario tener en cuenta este dato fundamental: desde 1990 hasta ahora, ningún ministro de Economía y Finanzas ha pertenecido al partido de gobierno que ganó las elecciones. Casi todos ellos provienen de las canteras de los organismos financieros internacionales, de las grandes corporaciones empresariales y de los bancos. ¿Por qué? Estos organismos quieren un operador de sus intereses en los espacios importantes de decisión política del Estado y presionan y chantajean por el nombramiento de sus gatos despenseros. Se forma entonces una vigorosa coalición política entre el Presidente y los poderes fácticos a través de sus operadores que ocupan esos espacios económicos. Ellos son los que gobiernan y deciden. El resto es chancay de a medio.

¿Cuáles son esos espacios estatales? Los aparatos económicos del Estado: MEF, BCR, SBS, SUNAT, FONAFE, ministerios que manejan asuntos económicos, etc. En estos aparatos económicos los operadores con el jefe del Ejecutivo deciden las políticas económicas, los impuestos, las regalías, el canon, las exoneraciones tributarias, los convenios de estabilidad tributaria, las privatizaciones, las concesiones, los gastos sociales. En estos espacios se producen los grandes faenones, los de los tiburones, no los de los pirañitas. Estos se producen en los aparatos sociales del Estado y en otros espacios menores. Los presidentes y los operadores de los poderes fácticos han organizado un Estado Hemipléjico. Sus aparatos económicos funcionan más o menos bien, pero sus aparatos sociales (salud, educación, seguridad) son un desastre, reciben poco presupuesto y son ineficientes.
¿Para quiénes funcionan bien los aparatos económicos del Estado? ¿A quiénes favorecen las decisiones y políticas que se toman en esos aparatos? A las grandes corporaciones empresariales, a los bancos, a los ricos en general. Todos sabemos que en el neoliberalismo las políticas económicas son para los ricos y las políticas sociales, las migajas, para los pobres.

En sus funciones públicas y fuera de ellas PPK ha sido siempre un lobbista de las grandes corporaciones y, cuando los intereses de éstas corrían peligro (con las candidaturas de Ollanta en el 2006 y de Susana Villarán en el 2010), jugaba al terrorismo económico imaginando, diseñando y gestionando pánicos en los mercados financieros. Ahora dice muy suelto de huesos que puede resolver todos los males del Perú. ¿Por qué no lo hizo cuando tuvo un enorme poder en el Estado?

http://www.larepublica.pe/18-03-2011/el-estado-hemiplejico

martes, 22 de marzo de 2011

El escándalo de la «página once»


El primer gobierno de Belaunde (1963-1968)

La firma de un convenio con la International Petroleum Company (IPC) provocó la crisis final del gobierno de Belaunde. Según se informó, el convenio beneficiaría al Perú, ya que la IPC se comprometía a devolver los yacimientos de La Brea y Pariñas y a comprar el petróleo a la Empresa Petrolera Fiscal, aunque conservaría la refinería de Talara. La posterior denuncia de la desaparición de la página once del contrato, donde se había establecido el precio de venta del petróleo por debajo del precio del mercado, provocó un verdadero escándalo político. Varios sectores del país criticaron duramente a Belaunde, quien se vio obligado a cambiar a todo su gabinete el 2 de octubre de 1968. Al día siguiente, 3 de Octubre, el General Juan Velazco Alvarado depuso al presidente Belaunde, dejó sin efecto el convenio entreguista suscrito con la IPC y el 9 de Octubre el ejército peruano ocupó la refinería de Talara y los yacimientos petroleros de La Brea y Pariñas. Aquel entonces, Pedro Pablo Kuczynski era brazo derecho de Belaunde. Hay una pregunta sin respuesta: ¿Que pasó con la pagina 11?

LOS PUEBLOS QUE OLVIDAN SU PASADO ESTAN CONDENADOS A REPETIRLOS

Si hizo esto el 68 ¿ Que no hara el 2011 si es elegido presidente?

Kuczynski: El extranjero que permitió a la IPC sacar del Perú el equivalente de US$105 millones del día de hoy.- La historia

El ejército peruano en Talara

Si bien en octubre de 1968 el ejército había tomado las instalaciones de La Brea y Pariñas, la International Petroleum Company pudo llevarse ese mes del Perú el equivalente de 105 millones de dólares del día de hoy. La IPC logró extraer del sistema financiero dichos fondos gracias al apoyo recibido de Pedro Pablo Kuczynski, a la sazón uno de los seis gerentes del Banco Central de Reserva que aparece en la relación de funcionarios publicada en la Memoria 1968 de dicho banco.
En la actualidad, Kuczynski es uno de los candidatos de la derecha a la presidencia del Perú; es el testaferro encubierto del gran capital industrial financiero norteamericano y su objetivo no es defender los intereses del pueblo peruano sino ahondar en el Perú el neoliberalismo económico para extenderlo a otros países de america latina.
El neoliberalismo económico significa el mercado libre absoluto, sin control del Estado quien mas bien es utilizado para quebrar la protección social y los derechos adquiridos de los trabajadores para sobreexplotarlos e incrementar las utilidades del gran capital y privatizar los servicios públicos con sus instalaciones para entregarlos a corporaciones privadas para su explotación. Fue instaurado en el mundo por Ronald Reagan y Margaret Thatcher.

Un grupo de fantasmagóricos clubes electorales derechistas, conformado por políticos defensores de los explotadores nativos y extranjeros que operan en nuestro país, ha anunciado que apoya la candidatura del ciudadano estadounidense Pedro Pablo Kuczynski Godard a la presidencia del Perú.

Existen diversos motivos por los cuales los trabajadores y los pobres de nuestra nación no deben votar por el extranjero Kuczynski Godard.

La primera de estas razones es que Kuczynski nunca se ha identificado con el Perú, ni ha defendido nuestros intereses económicos y políticos. Ya a los treinta años de edad, Kuczynski era un instrumento infiltrado en las instituciones del gobierno peruano. Desde el Banco Central de Reserva en el que logró colocarse, Kuczynski operó como punta de lanza del gran capital extranjero, sirviendo a las grandes empresas que saqueaban nuestro país.

Los peruanos jóvenes desconocen la foja de servicios antiperuanos de Kuczynski. Es así porque su biografía ha sido saneada y maquillada con el fin de esconder sus acciones en contra de los intereses de nuestro país.

Se hace necesario revelar su historia oculta para que los electores tomen conciencia sobre la quintacolumna antiperuana que personifica Kuczynski.

En octubre de 1968, el ciudadano extranjero Pedro-Pablo Kuczynski Godard era uno de los seis gerentes del Banco Central de Reserva del Perú (BCR), estando a las órdenes de Carlos Rodríguez-Pastor M., gerente general de esa institución. Había sido colocado en el BCR debido a la influencia de instituciones extranjeras como el FMI y el Banco Mundial, que presionaron al gobierno de Belaúnde para obtener su nombramiento como gerente del Instituto Emisor.

Ese mismo mes, el gobierno del general Velasco Alvarado había decretado la nacionalización de la International Petroleum Company (IPC), medida que incluyó la expropiación de sus instalaciones, incluyendo la refinería de Talara.

Durante largas décadas –desde 1924– la IPC gozó de un régimen tributario que le permitió eludir en lo sustancial el pago de impuestos sobre el petróleo que extraía en la Brea y Pariñas. El gobierno de Velasco valorizó el adeudo de esa firma al Perú en el monto de 700 millones de dólares de la época.

A pesar de haber sido tomada la Brea y Pariñas por el gobierno de Velasco, la International Petroleum Company logró extraer del Perú, desde el 3 de octubre de 1968, la suma de 17 millones de dólares de la época. La IPC pudo robar ese dinero al fisco peruano gracias a la intervención directa del ciudadano extranjero Pedro Pablo Kuczynski Godard, quien desde su cargo de gerente del Banco Central de Reserva autorizó la transferencia y dio curso al desembolso en favor de la empresa de Rockefeller. El hecho fue denunciado por la prensa peruana. Los interesados pueden consultar las ediciones de los principales diarios de Lima a partir de octubre de 1968.

El poder adquisitivo del dinero que Pedro Pablo Kuczynski autorizó entregar a la IPC equivale el día de hoy a más de 105 millones de dólares, de acuerdo a las proyecciones monetarias que pueden obtenerse en el sitio web Measuring Worth (*).

Kuczynski, Rodríguez Pastor, y otros cómplices fueron enjuiciados por sus actos en favor de la IPC y en contra de los intereses del Perú. Para evadir a la justicia, Kuczynski huyó del país a través de la frontera con Ecuador. Fugó escondido en la maletera de un auto adecuadamente acondicionado para el efecto.

Ya en los Estados Unidos, Kuczynki Godard fue premiado por los importantes servicios prestados a la International Petroleum Company con un puesto de trabajo en el Banco Mundial.

Hoy, este logrado ejemplo de pendejo transnacional quiere hacer cojudos a los habitantes de Chololandia lanzando su candidatura a la presidencia para las elecciones del 2011.

domingo, 20 de marzo de 2011

Partidos-empresa. La política como inversión


Según la ciencia política, un partido-empresa puede definirse como una organización al servicio de un líder sin ideología y con un accionar basado en el poder del dinero. Ese parece ser el caso, entre otros, de Alianza Para el Progreso, el partido del empresario César Acuña Peralta. Su relativo éxito y su presencia nacional le han dado un nuevo significado a la forma de hacer política en el Perú.

Por Raúl Mendoza

En las últimas elecciones regionales, representantes de Alianza Para el Progreso (APP), el partido de César Acuña, recorrieron el país buscando candidatos con posibilidades de triunfo para hacerlos sus aliados y cofinanciarles la campaña. Ganaron 2 gobiernos regionales, 14 alcaldías provinciales y 78 distritales, convirtiéndose en la organización política más exitosa de esos comicios.

Alcanzar este resultado fue sin duda consecuencia de una sustancial inversión económica. Es decir, una forma de trabajo partidario, pragmático y desideologizado que los politólogos han catalogado como partido-empresa y que puede convertirse en el nuevo estilo de actuar en la política peruana.

Aunque muchos estudiosos consideran que –en rigor– APP es el único caso de partido-empresa en el Perú –por su escala casi nacional, su poder económico y la presencia mediática de su líder–, los casos de políticos con similar estilo no son pocos. El politólogo Carlos Meléndez ha definido de manera coloquial y precisa este fenómeno en un ensayo publicado en el libro Anti-candidatos. Guía analítica para unas elecciones sin partidos (Mitin 2011): “Si es cierto que en el amor billetera mata galán, en el nuevo siglo va quedando claro que billetera mata político”. Esta característica recién empieza a definirse, pero ahí está desde hace un tiempo.

Ejemplos de seguidores de esa forma –derrochadora– de hacer política pueden encontrarse sobre todo en el interior del país, donde Acuña también inició su larga marcha. Por ejemplo, los dos candidatos que disputaron la presidencia regional en Ayacucho: Wilfredo Oscorima, vinculado al negocio de casinos, quien llegó a regalar billetes de 100 soles en campaña; y Rofilio Neyra, dueño de la empresa Inti Gas y del equipo de fútbol del mismo nombre. Ambos hicieron regalos en sus mítines, financiaron intervenciones quirúrgicas, entre otros obsequios. Uno de ellos –Oscorima, quien ganó la elección– prometió no cobrar su sueldo. Como se ve, parece que dinero es lo que sobra.

Votos cautivos

El sociólogo Rodrigo Barrenechea, investigador del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), señala que en el interior del país la actividad privada es la plataforma usual para incursionar en política. “Políticos con radios locales o recursos similares hay en muchas regiones. Eso hace que los partidos nacionales no puedan retenerlos o sumarlos, porque ellos construyen su propio capital político a partir de sus recursos privados. Hasta allí las similitudes. La diferencia con Acuña es la escala mayor de su organización y el control que tiene sobre ella”. El financiamiento del proyecto de Acuña proviene de sus universidades: César Vallejo, Señor de Sipán y Autónoma del Perú. Los votos que consigue provienen de los programas sociales que ha establecido para ayudar a sectores pobres con los que ofrece agua, alimentos, educación inicial y servicios en salud.

Hay otros políticos que tienen un perfil similar al de Acuña, aunque aún no han dado el salto al partido propio. Uno de ellos es José Luna Gálvez, congresista por Solidaridad Nacional y dueño de la Universidad Privada Telesup, el Instituto Isel y el colegio Galileo Galilei. Como Acuña, también tiene una fundación que ayuda a niños y mujeres pobres, y es uno de los principales contribuyentes en su partido (aportó 224 mil soles para la presente campaña, según el Jurado Nacional de Elecciones). A través de la donación de becas y el trabajo social que hace amparado en su poder económico, ha tejido su red de eventuales votantes. Es además el predecesor de Oscorima: desde que volvió al Congreso –estuvo suspendido por un juicio– ha cobrado un sol de sueldo y el resto lo dona a tres hospitales públicos.

Otro personaje con similares características sería el ex congresista Roger Amuruz, quien es presidente del grupo IDAT y dueño de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP). Como los anteriores, es un empresario provinciano que colabora con jóvenes a través de becas de estudio y también realiza labor social. “Estos programas para favorecer a mucha gente y lograr sus votos son una práctica antigua. La diferencia es que el clientelismo en el Perú ha estado asociado al uso de los recursos públicos y en este caso se trata de recursos privados”, explica Barrenechea. ¿Podrían estos empresarios seguir los pasos de Acuña? “No he pensado en el partido propio, pero seguiré ligado a Solidaridad Nacional”, dice Luna Gálvez.

¿Y la democracia?

Justamente hablando de Solidaridad Nacional, se ha dicho que, si bien este es un partido establecido como parte del sistema político peruano, tiene un perfil que también puede remitir al estilo de los partidos-empresa. Rodrigo Barrenechea, del IEP, señala que las similitudes podrían estar en la centralidad del líder Castañeda, quien tiene un círculo reducido de leales, además de la verticalidad de su organización. “En su caso la organización está construida a su alrededor por el prestigio de gestor que tiene en cargos públicos. En cambio el líder de un partido-empresa logra su prestigio en el ámbito privado y lo transmite a su organización”, precisa.

Volviendo a Acuña, su pensamiento sobre los partidos es este, según dijo a La República en diciembre: “Ahora ya nadie vota por las ideologías. Ahora votan por propuestas y compromisos del candidato. Ahora los partidos no necesitan estar tan comprometidos con las bases; para mí la clave de un partido es tener líderes en cada provincia. Ellos ya hacen su organización de acuerdo con lo que quieren lograr”. Es decir, pragmatismo puro y nada de ideología. ¿Es el partido-empresa una presencia inminente en la política peruana? “Esa es una pregunta abierta todavía. Habría que ver si Acuña puede ampliar su organización a nivel nacional y alcanzar el triunfo”, dice Barrenechea. Ojo, es una tendencia que empieza a notarse y a estudiarse. El tiempo dará más luces sobre este fenómeno.

el EMPRESaRIO-CAUDILLO

Silvio Berlusconi, primer ministro italiano y dueño de empresas vinculadas a la comunicación, es el mayor representante del llamado partido-empresa en el mundo. Su agrupación política Forza Italia nació en Publitalia, su empresa de publicidad, y sus primeros ‘cuadros’ fueron sus empleados que recibieron cursillos acelerados de formación política para convertirse en candidatos. Muchos le auguraron el fracaso, pero se equivocaron. Berlusconi llegó al gobierno italiano amparado en el poder económico, político y mediático –un poder que se retroalimenta– de sus empresas, que incluyen canales de televisión, revistas, editoriales y hasta el club de fútbol AC Milan. El secreto de su éxito, según los observadores, se basa en el descrédito de los partidos políticos en Italia.

viernes, 18 de marzo de 2011

PPK: gato por liebre


Por Humberto Campodónico

¿Qué tan cierta es la afirmación de que constituyen “sobrecostos laborales” los 30 días de vacaciones, la Compensación por Tiempo de Servicios y las dos “gratificaciones” por año? Y, a partir de allí, ¿que esos “sobrecostos” impiden que los empresarios contraten más trabajadores? Lo anterior desemboca en la siguiente “propuesta” de PPK: para crear más empleos, hay que disminuir los “sobrecostos”, es decir, las vacaciones, la CTS y las dos “gratis”.

Eso no es cierto, pues se trata de ideología pura al servicio de intereses empresariales. Veamos por qué:

En el Perú, la Población Económicamente Activa (PEA) es de 14.3 millones, de los cuales más de un millón están en el sector público, 550,000 (sobre todo mujeres) son trabajadoras del hogar y más de 2.6 millones son independientes (aquí están los pequeños productores rurales, los autoempleados y los trabajadores familiares no remunerados —TFNR que, por definición, están fuera de las normas laborales—).

Por tanto, nos quedan 10.1 millones de personas en el sector privado y que serían susceptibles de “sobrecostos”. Por eso en el 2008 se promulgó el DL 1086 (Ley MYPE) que recorta las vacaciones a 15 días, elimina la CTS y las dos “gratis”. ¿A quienes se aplica? A la microempresa y a la pequeña empresa (que ahora comprende hasta 100 trabajadores). La gran y la mediana empresa se siguen rigiendo por la Ley General del Trabajo (DL 728).

¿Es que el DL 1086 ha sido exitoso y ha formalizado a los 3.167 millones de microempresas, ahora que ya no tienen que pagar “sobrecostos”? No, dice el Registro Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (REMYPE): a diciembre del 2010, solo 88,764 empresas se habían acogido al DL 1086 (79,371 Microempresas y 9,393 pequeñas empresas).

Por tanto, solo el 2.53% (79,371 entre 3.167 millones) del total de microempresas se acogió al DL 1086. Esto equivale a solo 140,000 trabajadores, de un total de 7.8 millones que hay en las MYPE. Dicho de otra manera, la Ley MYPE ha fracasado porque estaba errada en su concepto: el problema no son los “sobrecostos”.

Esto lo demuestra el hecho siguiente: de los 530,000 empleos que se han creado en Lima en el periodo 2002-2009 según la Encuesta Permanente de Empleo (EPE) del INEI, 384,000 lo fueron en las empresas de más de 50 trabajadores, que se rigen por el DL 728. Solo 93,000 empleos se crearon en empresas de 11 a 50 trabajadores y 53,000 en empresas de 1 a 10 trabajadores, donde rige la Ley MYPE.

Resumiendo: la Ley MYPE que recorta los derechos de los trabajadores solo ha logrado que se formalicen 88,000 empresas y 140,000 trabajadores, de un total de 3.1 millones de empresas y 7.87 millones de trabajadores, respectivamente. De otro lado, la mayor cantidad de empleos se ha creado en el sector formal, pagando los llamados “sobrecostos laborales”.

La receta de PPK (“el mejor”) acerca del “sobrecosto” no sirve para nada. El problema es, por un lado, de bajos ingresos que no crecen, a pesar del aumento de la productividad y, de otro, por la falta de sindicatos y las leyes antiobreras de Fujimori, que han sido mantenidas por todos los gobiernos posteriores. Tema que veremos en un próximo artículo.

Nota: Buena parte de la información de este artículo fue proporcionada por el economista Julio Gamero, ex viceministro de Trabajo.

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