martes, 28 de diciembre de 2010

Prostitución infantil en el Perú de los tiempos de Alan García


Comerciando con la inocencia

Rosita tiene 12 años de edad. Rosita tiene que llevar dinero a su casa. Rosita se gana la vida (y la pierde) todas las noches en una calle oscura de la Av. Colonial. Rosita no se prostituye, Rosita es prostituida. Esta misma historia se repite en cada esquina rosa de nuestro país.

La comercialización sexual de niños es una gran red que genera millonarias ganancias en todo el mundo -más de mil millones de dólares al año según la oficina de aduana de los Estados Unidos. Las cuatro formas en que se expresa esta mafia son: la prostitución infantil, la pornografía infantil, el tráfico de niños y el turismo sexual. El Perú comienza a ser epicentro y destino de estas operaciones, como quedó demostrado luego de la detención de varios pedófilos peruanos que distribuían material fílmico de abuso sexual de menores. Los detenidos fueron Ricardo Hencke, Sofía Alvarez (esposos), Jorge Suárez Ochoa, Juan Inés de la Cruz, Víctor García Terán, Gumercindo Berter Gandini, Dante Céspedes Merino, Walter Rojas Risco, Hugo Zárate Zárate, Beatriz Mamani Oritongo y María Vera Barboso.

Un estudio realizado por agentes de la Dirección de Investigación Criminal revela que en Lima operan unas 120 “comunidades” de pedófilos y pederastas. “Cada una de estas organizaciones criminales tiene unos veinte miembros” afirma el mayor PNP Oscar Ollarce Alvarado, encargado de la sección contra la pornografía infantil del Departamento de Secuestros de la Dinincri.

El mecanismo con el cual los pederastas captan a sus víctimas es vía internet y también personalmente. Muchas veces los buscan a las salidas de los colegios, centros recreativos y zonas marginales donde los niños deambulan por las calles. Luego de captarlos y filmarlos manteniendo relaciones sexuales con niños de su edad o con mayores, los videos son distribuidos en lugares como Polvos Azules, El Hueco y Las Malvinas.

Lima, en la que se ejerce la prostitución infantil en diez distritos, es sólo una de las ciudades que acoge a menores de edad víctimas de proxenetas, mafias y los propios familiares. Son 15 las ciudades en total donde operan mafias dedicadas a la comercialización sexual de niños y niñas. Arequipa, Cuzco, Iquitos, Lambayeque, Lima, Pucallpa, Puno y Trujillo son las ciudades que hasta el 2002 constaban en un informe presentado por la OIT el año 2002. A estas nueve ciudades, se le han sumado Tarapoto, Puerto Maldonado, Tacna, Huamanga, Ica y Chimbote. Son más de medio millón de menores explotados sexualmente en todo el Perú.

El portavoz de la Dirección General de Niñas, Niños y Adolescentes del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social ha declarado que el rango de edad de los menores prostituidos oscila entre los 7 y 17 años. Muchos de ellos secuestrados por mafias organizadas que ganan grandes cantidades de dinero, aprovechándose de su necesidad y debilidad.

Un libro por una cama ajena, el calor de un hogar por tristes y frías esquinas, un compañero de juego por un compañero de turno y alcoba, son algunas de las cosas a las que los menores afectados son obligados a renunciar. Las formas como se introducen en este negocio son múltiples. Desde los propios familiares, pasando por amigas que convencen a las niñas de que es un “oficio fácil”, llegando hasta las mafias organizadas.

Lo preocupante de la situación es que va en aumento. Y no se debe a un incremento en el número de pederastas. Según un informe de la ONG “Acción por los niños”, una de las razones por la cual ocurre esto, es por la tendencia a creer que a menor edad tengan las prostitutas, menor riesgo de contraer una enfermedad de transmisión o infección sexual. Sin embargo, el mismo informe da cuenta que el 90% de las niñas encuestadas han sufrido de enfermedades como gonorrea, sífilis, herpes y hasta SIDA. Otra de las razones es la oferta turística. No solo se hace turismo ecológico o histórico, sino también turismo sexual. Los turistas que solicitan este tipo de entretenimiento, producen que se genere mayor oferta sexual, sobretodo de menores de edad.

Otro dato alarmante es que el 95% de las muchachas que fueron encuestadas piensan que la prostitución es un “oficio difícil y riesgoso”. Andrea, una jovencita de 16 años encuestada por la ONG “Acción por los Niños”, comenta: “Es un trabajo, aunque se vea feo. Con esto mantengo a mi hijo”.

El tráfico sexual de menores también va en aumento. Niños, niñas y adolescentes son traídos desde Yurimaguas, Pucallpa, Iquitos, Tarapoto, Huánuco, hacia los bulevares de El Retablo en Comas y de San Juan de Miraflores a Lima; y de Puno, Cajamarca, Huaral, Chimbote a los prostíbulos del Callao, burdeles clandestinos y prostitución callejera en el centro de Lima y otras zonas donde se estaría utilizando la modalidad de ofrecimiento de empleo y de oportunidades de ganar en dólares, viajar y conocer otros lugares.

Los escépticos pueden ver el siguiente video:
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=9NxEsIc1rFk

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola.
Quisiera hablar de este caso contigo, no se si sea posible, espero me respondas.